jueves, 1 de abril de 2010

Pingüino y pingüina


Un pingüino muy coqueto
caminaba por el hielo
con su frac en blanco y negro
iba y venía inquieto.

Esperaba a su pingüina
para poder almorzar
pececitos sin espinas
en la cima del glaciar.

Un lobito saludaba
muy contento y saltarín,
y el pingüino caminaba
como lo hacía Chaplín.

Al fin llegó pingüina
con la comida preparada
dándole la alegre noticia
que estaba embarazada.

Pingüinito la abrazó
y se dio una panzada,
festejando con su amor
por su hijo y su llegada.

Y a la mar se zambulleron,
nadaban y nadaban,
anunciando a sus compañeros
que incubarán el huevo
del pingüinito que esperaban.